Una vez llegamos a Madrid desde Santander, tocó a las pocas horas prepararse para acudir al recinto donde era el concierto. Pronto podía intuirse que el ambiente sería fantástico, y es que ya en la parada de autobus de moncloa coincidimos con mucha gente que iba hacía la complutense a mover el esqueleto y sudar con las canciones del grupo puertorriqueño. Eran los momentos previos, pero una breve charla con un chico mexicano que venía con su novia desde Italia, de donde era la chica, ya te empieza a mostrar que vas a un evento diferente y de gran importancia para quienes acuden, pues debe de serlo para hacer un viaje tan largo para ver el espectáculo.
El concierto comenzó con fuerza, con un jardín botánico de la complutense de Madrid a reventar, llena de gente con ganas de pasarlo bien y disfrutar al máximo, tanto debajo del escenario como encima de él, y es que la energía que se transmitía en ambas zonas creo que fue fundamental para vivir una noche espectacular. Tras la primera canción René explicó que tuvieron algunas dificultades para el cambió de lugar del concierto con el Ayuntamiento de Madrid, lo cual indigno a los asistentes, y que a mi inmediatamente me hizo soltar en voz alta un "bienvenidos a España" (espero se entienda la ironía). Parece ser que el ayuntamiento pensaba que se podía reunir en dicho concierto gente peligrosa. Quizás tenían razón, pues los que pensamos libremente sin importar el lugar de procedencia, podemos ser muy peligrosos para los caciques que campan a sus anchas en el ayuntamiento madrileño, entre otros lugares.
Entre canción y canción, hubo algunas palabras por parte del cantante puertorriqueño y también algunos silencios, seguro que con el fin de respirar un poco por parte del grupo, que fueron irrumpidos por cánticos de los asistentes, en favor de Palestina, en contra de Ana Botella, o el ya famoso "sí se puede". Hubo muchísima diversión entre los asistentes, que no pararon de bailar y brincar ni si quiera en las canciones más lentas del grupo, que combina canciones marchosas con canciones algo más lentas, pero siempre con un mensaje claro, sin ningún filtro, para que así llegue más rápido al corazón del oyente, para que no deba perder demasiado tiempo en procesar la información.
Las letras de las canciones de Calle 13 suelen ser frescas y directas, tanto como lo fue este concierto, el cual acabó después de más de dos horas intensas, que aunque pueda parecer increíble, se hicieron cortas. El espectáculo fue tremendo, y la despedida con la canción "Vamos a portarnos mal" fue perfecto para el espíritu travieso que hubo en la pista durante todo el evento.
En definitiva mereció mucho la pena acudir a este concierto, por la diversión y el espectáculo vivido, pero también por ver tanta gente de diferentes nacionalidades reunidas para disfrutar con un grupo, que además de hacer buena música, escribe letras sobre cosas que para otros muchos artistas son tabú. Como digo reunir tanta gente, de tantos sitios del mundo, con sentimientos e ideas parejas a los cantos inconformistas e irreverentes de Calle 13, creo que es su mayor éxito. Conectar de esa manera tan fuerte con personas de todo el globo terráqueo, incluso de gente que el castellano no es su lengua principal, es simplemente genial.
A la salida comentaba con la gente a la que acudí al concierto, de cual había sido la canción que más habían echado en falta, y la verdad es que escuché a varios asistentes que salían hablando de lo mismo, lo cual demuestra que incluso habiéndolo pasado en grande todos hubieran querido un poco más, y que el trabajo realizado, en los ya 5 discos del grupo puertorriqueño, hace que sean muchas las canciones donde elegir favorita, siendo muy difícil contentar a todos en conciertos donde se reúnen cientos de seguidores.
Yo os diré que me falto la canción "Digo lo que pienso" con la cual me siento muy identificado, pero ni faltando esta, que es mi canción favorita, hizo desmerecer en nada lo vivido en Madrid.
Disfruté, sentí y pensé mucho durante y después del concierto, creo que no se le puede pedir más a la experiencia. Seguro que algún día vuelvo a cruzar mi camino por un lugar donde haya un concierto de Calle 13, y desde luego no dudaré ni un momento en hacer lo posible por acudir.
Yo con Sara antes de empezar el concierto. |
PD: Sin duda también hizo muy especial el día y el concierto, acudir con Sara mi mujer, la que más quiero en el Mundo, nuestra amiga Sara "piña", y además encontrarme allí con Adríán Gómez con la camiseta del glorioso Racing de Santander, y su novia Alice. Lo pasé en grande con todos ellos.
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