martes, 26 de junio de 2012

Tensa espera para el racinguismo


Como ya anuncie ayer en la entrevista a Jesús García, hoy será día de descanso en Arradiu La Vara, pero no así en el blog, y es que, después de mucho tiempo vuelvo al método escrito, en una jornada tensa y con sentimientos contradictorios, tanto por parte de quien os escribe, como por los que seguramente estéis leyendo esto, pues el racinguismo vive en vilo a la espera de lo que suceda en el juicio de mañana a las 9:15 AM en el juzgado de las salesas de Santander.

Parece mentira, que una afición de un club de fútbol, este ahora mismo más tensa por lo que pueda suceder en un juzgado, que por lo que pueda pasar en un campo de fútbol, o en los despachos de su club a la espera de fichajes y noticias para la nueva temporada. Pero la corruptela, y la auténtica mafia que se ha instalado en el poder del Real Racing Club de Santander, amparada por la omisión de acciones por parte del Gobierno Regional, y en general de la pésima clase política que hay en Cantabria, nos han conducido a que estemos en el momento institucional más duro de 100 años de historia, así como a estar pendientes de si mañana, una juez, en este caso Maria del Mar Hernández, por fin ve motivos para dar la razón a A.U.P.A. en está demanda e interviene el club, alejando así a los chupopteros que están instalados en el.

Es el momento clave para el Racing, es el momento de poder ser liberado de un secuestro que dura ya años, y que están llevando al club a la más absoluta de las ruinas, tanto deportivas, económicas, como de valores por parte de los que ocupan, literalmente, los cargos más representativos en este club.

La afición en ningún momento ha cesado en la lucha por la regeneración del club, y por devolverle a manos de sus aficionados, o al menos de gestores dignos, que se preocupen de hacer bien su trabajo y de hacer por el club, y no para sus intereses propios. Ha pasado ya un año, o quizás algo menos desde que ya no se pudo contener más la rabia y la indignación del racinguismo, por las continuas malas gestiones y modos de un grupúsculo instalado en la zona noble del club, con bases en mentiras y trapicheos de muy bajo nivel moral, y es mañana, cuando una juez puede poner fin a todo este sin dios que vive nuestro equipo, y que sea el primer paso, para revivir ambientes como el de la foto de la izquierda, con un sardinero lleno, y simplemente preocupado de si el balón entra o no, de si jugamos bien o mal, en fin, de simplemente de lo que se debe de preocupar un aficionado, de la marcha deportiva del club.

Este será el año del centenario, y lo viviremos en segunda división, por culpa de todo lo contado anteriormente, y de muchas más cosas que de pasar a explicarlas, alargaría este articulo demasiado. Quizás incluso nosotros mismos tuvimos algo de culpa en ello, por no reaccionar a tiempo ante la indignidad, pero lo hemos hecho al fin y al cabo, y creo que ha sido clave para que las consecuencias no sean aún más nefastas de lo que son.

Desde luego, que el racinguismo ha salido refortalecido de toda está situación de desvergüenza y de indignidad, pues lo que no mata, te hace más fuerte, y el racinguismo como el Racing, ni mucho menos están muertos.
La fecha de mañana, 27 de Junio, y los días venideros donde la dictará sentencia sobre la vista de mañana, son claves y practicamente vitales para el futuro de nuestro amado y centenario Racing, pero pase lo que pase, el racinguismo, ya sea bajo las siglas de A.U.P.A., A.P.R. o cualquier nombre de cualquier peña, o grupo, seguirá adelante, y es que, hay que estar preparados tanto para la victoria como para la derrota.

Está claro, que en caso de que la juez se sume a la fiesta de la indignidad, protegiendo y dando la razón a gente del calibre de Manolito Saiz, Harry o Pepe Praus, respaldados por el señor más deleznable de la historia de Cantabria como Francisco Pernia, nos asestará un durísimo golpe, y sobre todo dejará al club más querido de Cantabria al borde de su muerte, pero ni aún con esas debemos de parar ni un sólo minuto en luchar por nuestro equipo, pues nosotros tenemos la mayor de las fuerzas posibles, la de la razón, y eso hará que aunque tengamos que endurecer los actos y las cosecuencias puedan ser mas graves, la historia nos absolverá, pues la historia si que es juez supremo en la vida para absolver a los justos, a los dignos, a los que luchan por lo que aman, y no así a los que viven para destrozar las ilusiones y sueños de otras personas.

Quiero decir con todo esto, que ojalá se haga justicia mañana por parte de quien corresponde decidir, pero si no sucede, como bien dijo el gran Manolo Preciado, al día siguiente nos levantaremos miraremos al cielo, y acto seguido, seguiremos adelante. Espero de corazón que estas últimas líneas no tengan sentido después de que se dicte sentencia, y pasen a tenerlas otras posteriores, en las que se pida un entrenador como Quique Setién, o gente en el área deportiva racinguista como José Antonio Saro, Tuto Sañudo, Benito Ballent, José Moratón, etc, etc, etc.

Miles de personas, miles de buenos sentimientos, de recuerdos de grandes hazañas, y grandes decepciones, y en definitiva, ilusiones y sueños, de niños y adultos, que sentimos en lo más profundo de nuestro alma al Racing, estarán mañana pendientes de un juicio al que se ha llegado por la  mala y sucia gestión de unas personas sin escrúpulos que sólo en el nombre del Real Racing Club de Santander, la posibilidad de grandes ingresos económicos.

Sólo preguntaría una cosa si tuviera el placer de tener en frente hoy a Maria del Mar Hernández, ¿Tú quién crees que merece este club, los que han llevado a la ruina económica y deportiva al club, y les importa bien poco mientras puedan seguir viviendo de el, o los que lo llevamos en el corazón, y estamos capacitados para entre todos orientarlo hacia un futuro sostenible y digno, sea en primera, segunda o segunda B?

No se si ella lo contestaría, pero creo que vosotros mismos, podéis intentar pensar desde su perspectiva, y responder.

Pase lo que pase, nosotros, el RACING, no dejaremos sólo a nuestro club, y menos en manos sucias.

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